miércoles, 20 de mayo de 2015

Lilis

Dulce flor aterciopelada,
naciste sin ventura y cargada de tan crueles espinas. Muestras el obscuro semblante con el que tu color te recubre, pero en el inocente abrir de tus venenosos pétalos, se derraman y se asoman pequeñas gotas amieladas.

Tu corazón parece marchito,
lo quieres ver marchito, pero la primavera se está encargando de ello; y ya, con todo y tu alma, lo empieza a embalsamar.

Eres una hermosa Lilis negra, rara,
de esas especies que pocas veces se asoman, de esas que no te quieren ver a la cara; de esas que sienten que matarán con el roce de su aroma al que la desea. Pero que como tal, no deja de lado su belleza, no deja de ser una flor, hija naciente de la Pacha Mama, silente embrión de la Madre Naturaleza.

Seguirás rodeada de los escombros del pantano, que es de donde tu cuerpo se alimenta y tarde o temprano, quizás, una mano valiente se arriesgue a un pinchazo, todo a cambio de deshojarte sobre la tierra, todo a cambio de descubrir si en tu interior se crea vida
o de verdad, como se dice;
tienes el alma muerta.


                                                                                                    WAR.




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